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Adulteraciones en el mercado lácteo

Escrito por ZEULAB S.L. | 2/08/19 13:22

El consumidor cuando acude a su establecimiento para comprar un producto lácteo (leche cruda, pasteurizada, suero de leche, queso y yogur), tiene que estar seguro de lo que está comprando. Hay que hacer un correcto etiquetado de sus ingredientes y componentes. Los quesos no se libran del fraude alimentario. En ocasiones la leche con la que se ha elaborado un queso no coincide con los porcentajes reflejados en la etiqueta, porque el productor ha incluido leche más barata (normalmente la de vaca) en detrimento de la leche de oveja o cabra o simplemente porque no haya cuidado al 100% las medidas de higiene entre una producción y otra y hayan quedado restos mínimos.

Este fraude afecta a los quesos puros con denominación de origen como por ejemplo de leche de oveja, Idiazábal, en España, de leche cabra, Brique Chèvre, en Francia, de leche de búfala, Mozzarella, en Italia y también a los de mezcla. Este fraude económico implica que el consumidor está pagando de más por un queso que no se corresponde con lo que cree que está comprando. Los productores de queso deben asegurar la ausencia de mezclas de leche no deseada en los quesos puros por motivos legales de etiquetado. Además, las mezclas desconocidas de leche producen cambios indeseados en las propiedades organolépticas y en la calidad del producto final.

Las quejas surgieron de asociaciones agrícolas y ganaderas como ASAJA (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores) o UNIPROCA (Unión de Productores de Caprino), quienes advirtieron de estas prácticas desaprensivas. Este fenómeno especulativo se debería a una bajada de precios del vacuno y un intento de algunos ganaderos de sacar el máximo provecho a la leche de esta especie.

En el año 2018 el MAPAMA (Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente) tomó medidas y solicitó a los Servicios de Control de la Calidad y Defensa contra Fraudes de las comunidades autónomas que, dentro de las inspecciones programadas, aumenten los controles a estos productos para verificar si los porcentajes en las leches empleadas se corresponden con los que figuran en las listas de ingredientes. Esta situación obligará también a los productores a tener un control más exhaustivo de sus productos. Para ello, un productor debe disponer de un test rápido para la detección de adulteraciones en leche sencillo de utilizar que le garantice que la pureza de sus quesos. Según la legislación vigente un queso puro no puede superar el 0,5% de leche de otra especie.