Garantizar que la carne esté libre de residuos de antibióticos es de obligado cumplimiento por todos los operadores implicados en la cadena alimentaria.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) insiste en la importancia de la prevención y control de las bacterias resistentes en el sector ganadero. Recomienda administrar antibióticos a los animales únicamente bajo supervisión veterinaria y no utilizar antibióticos para promover el crecimiento ni para prevenir enfermedades.
A comienzos de este año, la OMS publicó una lista con las 12 familias de bacterias resistentes más peligrosas para la salud humana. Pese a lo difícil de encontrar el origen de una bacteria resistente, los expertos coinciden en que independientemente de donde procedan, ya sea de las granjas o de los hospitales, ponen en riesgo la salud humana. Como dato, cerca de 12.000 personas murieron en España entre 2011 y 2015 tras infectarse con bacterias resistentes.
Según los datos recogidos por ESVAC (proyecto Europeo para vigilar el consumo de antibióticos en animales) en 2014 España fue el país que registró mayor consumo de medicamentos para uso veterinario, principalmente: Colistina, Fluoroquinolonas y Cefalosporinas de tercera y cuarta generación. Se alcanzaron 36 miligramos de Colistina por kilo de carne producida, siete veces el máximo recomendado por la UE. Los fármacos anteriormente citados son críticos para la salud humana por lo que deberían usarse con la mayor prudencia posible y solo como último recurso.
ZEULAB cuenta con una amplia gama de kits para la detección de residuos de antibióticos en carne.