Es bien conocida que la generación de resistencias antimicrobianas (AMRs) está causando cada año más muertes debido a la ausencia de antimicrobianos eficaces para combatir algunas enfermedades infecciosas y se estima que en 2050 habrá más muertes por “superbacterias” resistentes a antibióticos que por cáncer. Con estas previsiones no es de extrañar que los organismos internacionales empiecen a moverse y a promover acciones que mejoren esta situación. Entre ellas se está trabajando activamente en la promoción del uso prudente y responsable de los antibióticos tanto en humanos como en animales.
Recientemente la Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha publicado un documento y un díptico sobre la clasificación de los antibióticos para un uso responsable y prudente en animales. En este documento se clasifican los antibióticos en 4 grupos basándose en las consecuencias potenciales del incremento de las AMRs
sobre la salud pública cuando los antibióticos son usados en animales frente a la necesidad de su uso en medicina veterinaria. El objetivo es presentar una herramienta que ayude a los veterinarios en la selección más adecuada de antibióticos para el tratamiento de los animales. Por supuesto, esta herramienta no sustituye a otras guías de tratamiento o vademécum que incluyen información como las características de cada producto disponible, restricciones de uso en animales de abasto, las variaciones regionales en cuanto a enfermedades infecciosas y las resistencias antimicrobianas asociadas, etc
Las 4 categorías son las siguientes:
Con independencia de la categoría, siempre se debe evitar el uso innecesario, los tratamientos sobre periodos muy prolongados o la utilización de dosis subletales. Los tratamientos globales de rebaño o explotación deben ser limitados a situaciones en las que un tratamiento individualizado no es posible. La ruta de administración también debe ser considerada al aplicar un tratamiento ya que puede tener un impacto sobre la generación de AMRs. En preferencia se administraran tratamientos locales individualizados o parenterales, limitando el uso de tratamientos por vía oral y los tratamientos globales (metafilaxis) serán aplicados exclusivamente cuando estén apropiadamente justificados, preferentemente en inyectables frente a los tratamientos por vía oral.