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Kits para la cuantificación de aflatoxina M1 en leche. ¿Es aflatoxina M1 todo lo que detectan?

Escrito por Luis Mata | 25/03/20 13:14

Consideraciones de la especificidad de los kits para la detección de aflatoxina M1 leche

La aflatoxina M1 es una toxina procedente de la metabolización de la aflatoxina B1 que podemos encontrar en la leche de animales que han consumido alimentos contaminados. Al tratarse de una sustancia carcinógena genotóxica es necesario evitar su presencia en la leche y en los productos lácteos destinados al consumo humano y, en particular, a los niños de corta edad.

El Reglamento (CE) 2174/2003 establece un contenido máximo de Aflatoxina M1 de 0.05 µg/kg, pero no define límites para el resto de aflatoxinas u otras micotoxinas en leche. Por lo tanto, la presencia de otras aflatoxinas (B1, B2, G1 y G2) en este alimento no está regulada. Desafortunadamente, las aflatoxinas son una familia de moléculas estructuralmente muy similares, por lo que los métodos analíticos pueden tener ciertas limitaciones para poder diferenciar unas moléculas de otras.

En consecuencia, a la hora de seleccionar un método específico para el análisis de aflatoxina M1 en leche hay que tener en cuenta dichas circunstancias. Por ello, la norma ISO 14675/IDF186 que describe los inmunoensayos para la determinación de Aflatoxina M1 en leche prevé esta situación y establece ciertas especificaciones que los métodos deberían cumplir. En concreto, propone que la reactividad cruzada* debería ser inferior al 20% frente a otras aflatoxinas que pudieran encontrarse en la leche.

Los informes de validación de los métodos existentes normalmente solo incluyen (y no siempre) el estudio de la reactividad cruzada hacia la aflatoxina M2. Esto es debido al supuesto erróneo de que en la leche solamente se pueden encontrar los metabolitos de las aflatoxinas B1 y B2 procedentes de la ingesta de alimentos contaminados con dichas toxinas por los animales productores de leche. Sin embargo, no se debe obviar el riesgo en una explotación ganadera de la presencia de polvo en suspensión procedente de la alimentación. Dichos aerosoles van sedimentando y depositándose lentamente sobre las superficies (incluidos los sistemas de ordeño, tanques, etc). Si además tenemos en cuenta que el límite máximo permitido de aflatoxina B1 en piensos para alimentación de animales de producción lechera es 100 veces superior a la dosis equivalente de aflatoxina M1 en leche (Directiva 2002/32/CE), no se debería descartar la presencia de aflatoxina B1 (u otras aflatoxinas) a niveles suficientes como para generar un resultado falso positivo en un análisis de leche.

Con el fin de comparar la especificidad del test AflaM1 Scan frente a otros tests rápidos del mercado, se realizó un estudio de reactividad cruzada con 5 aflatoxinas. La siguiente figura muestra los resultados obtenidos:


Todos los test muestran reactividad superior al 20% para al menos alguna de las aflatoxinas evaluadas diferente a la Aflatoxina M1. El test AflaM1 Scan es el que mejor perfil presenta porque tan solo sobrepasa moderadamente el umbral del 20% con la aflatoxina M2 (toxina procedente del metabolismo de la aflatoxina B2). El resto de los tests presentan reactividades cruzadas superiores al 60% para una o varias de las otras aflatoxinas, un dato a tener en cuenta porque podría provocar un número importante de resultados falsos-positivos en la determinación de Aflatoxina M1 en leche.

*La evaluación de reactividad en los métodos inmunoquímicos se realiza a través de los estudios de reacciones cruzadas por comparación con el analito de interés (aflatoxina M1, en este caso) y cuya reactividad a una concentración determinada se normaliza al 100%. El resto de moléculas que sean sospechosas de poder generar una reacción se mostrarán en porcentaje de reacción frente al analito de interés. En una situación ideal la reactividad cruzada de estas moléculas debería aproximarse a cero.