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¿Qué pasos podemos seguir si identificamos Aflatoxina M1 en leche?

Escrito por Pedro Razquin | 17/02/20 13:13

La presencia de Aflatoxina M1 en leche es un serio problema para el ganadero e industrial. Como informa la Agencia Española de Seguridad Alimentaria, su alta toxicidad, relacionada con la inducción al cáncer y mutagenicidad, y la dificultad de su destrucción por su alta estabilidad térmica, convierte a esta toxina en unos de los problemas de seguridad alimentaria más complejos para el sector.

Desafortunadamente, las condiciones climáticas actuales son cada vez más propicias para los hongos que las producen, alcanzando la producción máxima entre 24-28ºC. En consecuencia, no podemos descuidar nunca su control. Un dato que también debemos tener en cuenta es que la Aflatoxina M1 es un metabolito de la B1 que se produce cuando el animal digiere el alimento.
La primera medida que una industria puede tomar es realizar un control preventivo y sistemático de la presencia de esta toxina en la leche. Esto es relativamente sencillo gracias a las soluciones actuales para poder hacer un análisis en pocos minutos. Un pequeño dispositivo de medida portátil permite cuantificar la concentración de esta toxina en leche.

Este plan de control periódico nos va a ayudar a identificar cualquier alerta. En muchos casos, los valores determinados por el test serán inferiores al límite legal de 50 ppt. Es el momento de actuar, primero identificando la explotación origen mediante análisis de las rutas individuales. Y segundo, colaborando con el ganadero para identificar el origen de los mohos que producen las aflatoxinas.

Experiencias probadas indican que cuando se actúa en origen, analizando individualmente cada alimento y complemento alimenticio que el animal puede llegar a ingerir detectamos a tiempo el problema. La retirada de los alimentos contaminados de la dieta elimina completamente la presencia de Aflatoxina M1 en la leche.