A pesar de que puede aparecer en todas las especies animales utilizadas en producción ganadera y en el hombre, esta enfermedad es especialmente grave en avicultura debido a sus consecuencias económicas independientemente de que su explotación se produzca de forma intensiva o extensiva. Tras un proceso de 5 a 7 días se produce una serie de síntomas que puede desembocar en mortalidad o en la reducción del rendimiento productivo de los animales.
Para el tratamiento y prevención de esta enfermedad se utilizan diferentes cocciostaticos como los Ionóforos (monensina, narasina y salinomicina) y otros compuestos sintéticos como la halofuginona, nicarbazina y robenidina. Por otro lado, el diclazuril, que es un derivado de la triazina, se utiliza en la prevención de esta enfermedad adicionándose en el pienso en dosis cercanas a 1 ppm.
El pasado 14 de enero se publicó el reglamento europeo 2015/46 que autoriza el diclazuril como aditivo en la alimentación de los pollos y pavos de engorde, y las pintadas de engorde y de reproducción.
En este caso, el preparado comercial descrito en el reglamento, debe utilizarse en pienso como premezcla y en una dosis comprendida entre 0,8 y 1,2mg/Kg de principio activo y en ausencia de otros coccidiostaticos.
En alimentos de origen animal, los Límites Máximos de Residuos son:
ZEULAB dispone de un kit de tipo ELISA de la marca Europroxima que permite la determinación y cuantificación de los residuos de diclazuril en alimentos (huevo y tejido muscular de aves). Este kit tiene un Límite de Detección de 25 μg/kg en músculo.
Para más información, póngase en contacto con el departamento comercial de ZEULAB: jvalares@zeulab.com