La Confederación Hidrográfica del Miño-Sil ha asegurado que la invasión de algas tóxicas que sufre el embalse de As Conchas, en la Baixa Limia ourensana, solo se solucionará cuando llueva y bajen las temperaturas. Sin embargo, diversos estudios alertan de que, aunque las cianobacterias que tiñen de verde el agua desaparezcan, la contaminación continuará activa un tiempo en los lodos del fondo, porque cuando mueren es el momento en el que liberan más toxicidad. Un informe de la Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN) propone medidas correctoras que reduzcan a corto plazo la contaminación de As Conchas y que eviten nuevos episodios de este tipo en próximos veranos. Este proceso se culminaría en un plazo de entre cinco y diez años.
Un estudio de la Universidad Complutense de Madrid, referencia en el análisis de cianobacterias, indica que la presencia de esas algas tóxicas (Microcystis aeruginosa) supera las 15.000 colonias por mililitro, rebasando así el nivel máximo de alerta contemplado en la normativa. La presencia tan elevada de ese microorganismo solo puede ser debida a una excesiva eutrofización, es decir, que el agua ha recibido demasiados nutrientes. Los purines y otros vertidos estarían detrás de ese aporte orgánico.
Entre las soluciones propuestas por la SGHN, se encuentra la retirada «mecánica-manual» de las costras semisólidas del agua. Así se conseguiría eliminar parte del material en descomposición y, de este modo, se mitigaría el mal olor. En este sentido el pasado miércoles comenzaron las labores de retirada de las algas de las orillas que se esperan terminen en el plazo de unos días. Por otro lado, la Consellería de Sanidade -responsable de la calidad del agua en las playas fluviales- ha recomendado a los ayuntamientos afectados que prohíban el baño.
Al no tratarse de un embalse con captaciones para el consumo de agua, no deberían registrarse intoxicaciones en seres humanos, aunque si alguien bebiera del embalse podría sufrir graves daños en el hígado. El informe recuerda que recientemente murieron 200 personas en São Paulo a causa de la hepatoxina que liberan estas algas. De hecho, los vecinos de As Conchas, que se han manifestado recientemente para reivindicar soluciones a las Administraciones afectadas, aseguran que varias de sus mascotas han muerto o han sufrido graves problemas de hígado tras beber del pantano. Finalmente, la Cámara Municipal de Ponte da Barca en Portugal sigue “con mucha preocupación” los acontecimientos ya que aguas abajo se encuentra el embalse de Lindoso que sirve barrera o filtro para las aguas del Limia. Unos 18 kilómetros más abajo de O Lindoso se ubica el aprovechamiento de Touredo, de donde se abastece a una población próxima a los 60.000 habitantes.
Fuentes: diarios La voz de Galicia y Ourense dixital