La revolución tecnológica que estamos viviendo está cambiando nuestra vida personal y nuestro entorno profesional. Son numerosas las tecnologías que están confluyendo y transformando todos los ámbitos de nuestra sociedad. Desde las que interaccionamos más con ellas, como internet, el Smartphone, la nube o internet de las cosas, hasta otras más sofisticadas como el Big Data, la inteligencia artificial, la robótica, la biotecnología o la nanociencia.

• Google es el punto de acceso a la información ilimitada en tiempo real.
• Amazon está transformando la industria del comercio y la logística.
• Booking, Tripadvisor han cambiado la forma en que viajamos o decidimos nuestro ocio.
• Netflix está revolucionando la industria de la TV.
• Facebook y Google redefinen la publicidad.
  
  

Las nuevas tecnologías de la información hacen que todo ocurra más rápido en nuestras empresas. Los clientes esperan respuestas inmediatas y concretas a su pedido que acaban de cargar en el sistema, la logística está interconectada y responde en horas, nuestros sistemas internos de ERP nos ponen al alcance una gran cantidad de información e indicadores para conocer todos nuestros procesos internos. En pocas palabras, vivimos en la cultura profesional del “ya” con datos “concretos”.

El control de la calidad y seguridad de los alimentos también debe adaptarse a esta transformación. La combinación de la infotecnología y la biotecnología nos da soluciones para realizar un análisis en el lugar concreto de producción, de forma sencilla por cualquier persona y transmitir la información en tiempo real a las personas responsables. Esto se consigue gracias a que:

• El análisis pasa de ser un proceso en el que combinamos reactivos de forma muy controlada en un tubo a un dispositivo donde aplicamos una gota de muestra y todo ocurre solo.
• La interpretación del resultado pasa de ser dependiente de la experiencia del usuario a ser facilitada por un cálculo numérico automático.
• Pasamos de complejos aparatos y delicados reactivos a sencillos dispositivos de medida que trabajan con test que podemos llevar en el bolsillo.
• Los datos no los vemos aislados. La trazabilidad es total y se comparan automáticamente con todo el histórico que tenemos para ver tendencias.
  

Si hoy en día, cuando salimos a hacer deporte, monitorizamos nuestras pulsaciones, registramos el circuito recorrido o nos comparamos con otros corredores en tiempo real es lógico pensar que disponer de una información similar en el recorrido del alimento desde la granja hasta la industria puede ser muy beneficioso para el sector.

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