La industria alimentaria cumple con la legislación europea, entre ellos el Reglamento (CE) nº 2073/2005 que determina los criterios microbiológicos que afectan a los productos alimenticios. Aun realizando los controles que marca la legislación y enviando muestras a laboratorios externos o internos para su análisis, pueden ocurrir contaminaciones como los últimos casos recientes acontecidos en el territorio nacional. En el caso de la Listeria monocytogenes, siendo una bacteria ubicua es relativamente sencillo que una instalación o equipo se contamine. Hay que destacar el peligro de la bacteria Listeria monocytogenes, la cual puede formar biofilms y desarrollar tolerancia a los desinfectantes, formando focos de contaminación persistentes y de difícil eliminación como por ejemplo líneas de procesado alimentario, extractores, sistemas de refrigeración, suelos, desagües, etc. De ahí la importancia de analizar periódicamente no solo los productos alimenticios, sino que también las superficies.
La carga bacteriana de un producto contaminado con Listeria monocytogenes en fábrica puede aumentar durante el transporte y almacenaje aun estando refrigerado. De modo que en el momento de consumirlo por el consumidor la carga bacteriana es suficiente como para provocar una patología grave en determinados colectivos como niños, embarazadas, ancianos o personas inmunodeprimidas.
Para evitar estas contaminaciones las empresas alimentarias deben tener su plan de control y verificar que funciona correctamente, aplicando medidas correctivas en caso de detectar fallos y muestras positivas. Hay que realizar analíticas, o bien de forma externa o bien realizarla in situ en las propias instalaciones. Lo ideal es que la empresa pueda realizar sus propios autocontroles, cuanto mayor sea el número de análisis que se realice, menor será el riesgo de sufrir una contaminación. En muchas ocasiones las empresas tienen que renunciar a realizar sus propios autocontroles porque no cuentan con personal cualificado, o instalaciones apropiadas debido a la complejidad para realizar los análisis.
Para ayudar a la industria alimentaria y poner al alcance de todas las empresas el autocontrol de patógenos aumentando sus niveles de seguridad, Zeulab ha desarrollado MicroLab.
MicroLab es un test que permite detectar la presencia de Salmonella o Listeria monocytogenes en muestras de alimentos de una manera sencilla y segura. El nuevo sistema integra en un único dispositivo desechable, todas las fases del análisis para facilitar y agilizar los resultados de forma interna y minimizar las pérdidas ante una contaminación.
MicroLab ha sido desarrollado teniendo en cuenta todos los problemas y riesgos a los que se enfrenta una empresa alimentaria cuando tiene que realizar un análisis microbiológico. Gracias a su sencillo diseño y seguridad, el análisis puede ser realizado por cualquier operario y en cualquier planta de producción.
En el dispositivo se realizan todas las etapas del ensayo (sin transferencia de la muestra entre etapas) permaneciendo sellado herméticamente y evitando fugas o riesgos de contaminación. Una vez realizada su lectura y finalizado el ensayo se desecha con total seguridad gracias a su solución de inactivación.
Con esta solución desde Zeulab queremos facilitar el análisis de patógenos a todos los agentes de la industria alimentaria y evitar que productos contaminados lleguen hasta el consumidor final.