El compromiso de los operadores alimentarios para garantizar un etiquetado que proteja al consumidor representa un esfuerzo en diversos ámbitos de la actividad de la compañía. Un buen plan de gestión implica un conocimiento exhaustivo de los ingredientes, una cooperación estrecha con los proveedores y unas buenas prácticas de todo el personal. La elaboración de alimentos en instalaciones compartidas añade un factor extra de riesgo porque en muchas ocasiones no es fácil controlar las contaminaciones cruzadas indeseadas con ingredientes destinados al resto de alimentos. Estas contaminaciones pueden ser originadas principalmente por 2 vías:
- La limpieza insuficiente de nuestras instalaciones, especialmente de las superficies que entran en contacto con los alimentos.
- Una contaminación post limpieza de dichas superficies principalmente originada por partículas o aerosoles que permanecen un tiempo en suspensión antes de depositarse en las superficies de trabajo.